jueves, 17 de junio de 2010

NUESTRA DIOCESIS


Historia de la Iglesia de El Banco
"Oigo un llanto
que atraviesa el espacio
para llegar a Dios
es el llanto
de los niños que sufren
que lloran de terror"
(José Barros)
La única manifestación religiosa o de cristianismo que han tenido los habitantes de El Banco desde tiempos remotos, ha sido congregarse anualmente alrededor de la imagen de la Virgen de La Candelaria, que preside los ritos del templo que domina el barranco a la orilla del río.
La historia dice que fue regalo de encime, que le hizo un sacerdote a quien José Domingo Ortíz llevó hasta la ciudad de Honda, después de cancelarle el valor del viaje desde la ranchería en la desembocadura del Cesar hasta la ciudad de Honda. La reliquia consistía en una imagen en piedra negra de la virgen de La Candelaria, en un relicario en forma de copacabana, es decir que se podía colgar en el cuello y también se podía colocar sobre una mesa.
Sobre el origen de la imagen han salido muchas versiones. Una de ellas dice que un pescador tiró su atarraya y sacó la reliquia, pero como no era bocachico la volvió a tirar al río. Volvió a tirar la atarraya y volvió a sacar la misma piedra en su red. Entonces la tomó y la llevó a su casa, en donde comenzaron los rezos y así surgió la Candelaria de El Banco. Lo que nos preguntamos es como pudo una pieza que no mide mas de 7 centímetros con la peaña, enredarse en la malla de una atarraya y que no se saliera por los huecos. Por eso creemos que más bien ésta es una fábula y no una historia. Quien sabe cuantas leyendas tan peregrinas como ésta han surgido de las mentes agradecidas por los favores recibidos. A mi me parece como más natural la del regalo del sacerdote a José Domingo.

En 1725 se construyó la primera ermita, un poco antes que don Fernando de Mier y Guerra trajera el encargo oficial de fundar legalmente el pueblo que había fundado José Domingo Ortiz en 1680. La ermita construida subsistió hasta 1895 año éste cuando el padre Las Casas hizo construir un templo más grande y mas compacto que la ermita de techo pajizo que sirvió de albergue por 170 años a la patrona del pueblo.
La religiosidad estuvo muy arraigada en el pueblo, sobre todo entre los pescadores, que eran los mas devotos y fieles a esta clase de festejos. Pero todos los habitantes del pueblo, así no fueran pescadores, adherían a las fiestas de los 2 de febrero para celebrar el cumpleaños de la patrona. Entonces la manifestación religiosa se reducía a ser devotos fieles de la Virgen de la Candelaria y llegar ante su imagen el día de la fiesta con un paquete de velas y estar presentes en la misa, o caminar la procesión quemando otro paquete de velas, de acuerdo a la magnitud del favor recibido. Hasta el próximo año cuando volvían a repetir todo como el año anterior. Pero no había un compromiso de cambio de cambio de actitudes. Solamente manifestaciones externas de una actitud popular, de un rito.
La modalidad de realizar una fiesta todos los años dio pié para elegir o nombrar una Junta Pro Festejos de la Virgen de la Candelaria. Esta Junta nombraba un Mayordomo para que en su casa se guardara la imagen con todos los regalos de oro y plata que habían traído los devotos, en reconocimiento y gratitud por el favor recibido. Si el milagro había sido curar una pierna mal herida, el regalo era una pierna de 5 o 10 gramos de oro o plata. Si el órgano del cuerpo sanado había sido el ojo, entonces el regalo consistía en un ojo de oro. Así en esa forma los fieles devotos llenaron a la patrona de gran cantidad de regalos, que alguna vez llegaron a pesar libras de oro macizo. Que fundieron y vendieron para construir y reparar el templo cuando fuese necesario. En la actualidad la imagen de la virgen es guardada en la bóveda del Banco de Bogotá junto con sus prendas y regalos.
De aquello viejos integrantes de las Juntas Pro - Festejos se recuerdan a don Próspero Miranda, don Rafael Vides Jiménez, don Fermín Oliveros Sánchez, don Fidel Aranzález. Sobre ellos recaía la responsabilidad de coordinar todos los años, buenos y muy divertidos actos, entre otros: puerco pelado, gallo enterrado, carrera de caballos, corralejas y buenas bandas de músicos para amenizar los cumbiones de las novenas y las procesiones. Entre los salones de renombre recordamos. La Tranca de Manuel Ortiz, o los salones burreros como los de Colomba y Marciana. Las tamboras de Genoveva Salguero y Genoveva Cadena y la del señor Víctor Pacheco en el barrio de "El Banquito".
Las fiestas actuales tienen otros encantos para la juventud, como son el baile de la "Malla" madrugadoras, los paseos a pleno medio día de la Gigantona. Por las noches los cumbiones.
Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha evolucionado muchísimo. Por todas partes han surgido "Grupos de Oración" que son grupos cristianos comprometidos que desean predicar la Palabra de Dios y ayudar al hermano necesitado. Es decir hay un verdadero compromiso.
Hasta el año 2005 la parroquia fue atendida por los Misioneros del Verbo Divino que se dedicaron tanto la parte social como espiritual. Para enseñar a las gentes el verdadero cristianismo consistente en un compromiso con el prójimo, con el necesitado. Este compromiso hacía falta y ya no lo eludimos, sino que disfrutamos comprometiéndonos. Esto hacía falta al catolicismo, ahora los católicos estamos aprendiendo a ser cristianos, porque lo éramos solamente de nombre. Muchos de nuestros familiares, amigos y conocidos practicantes del catolicismo se fueron para sectas como la de los Evangélicos, cristianos Adventistas, Pentecostales, Cuadrangulares y Testigos de Jehová. Nadie les había dicho que las mismas restricciones que hay en esas sectas religiosas, las tiene el catolicismo y que no es necesario irse de donde han nacido y crecido para dejar el trago o el cigarrillo. Hoy sabemos que podemos convertirnos a Cristo sin tener que cambiar de religión en donde nacimos y crecimos.
CEMENTERIO O CAMPOSANTO
Donde al fin nos igualamos el rico y el pobre, al cubrirnos todos una capa de tierra, llamada también la cobija de la igualdad, que nos enseña a los vivos que aún quedamos peregrinando que todos somos iguales, que no hay nadie mas que otro porque llegue a poseer mas bienes materiales y porque la vida lo haya tratado mejor. Siempre al final del camino, seremos el mismo polvo y del mismo lodo.
En todas las fuentes de información el primer cementerio de El Banco estuvo ubicado en el lugar en donde se encuentra actualmente el Palacio Municipal. Las personas que hemos cruzado la línea de los cincuenta años nos acordamos que, en ese lugar, el mas alto de toda la plaza, circundado por una muralla de ladrillos, se encontraba el "cementerio viejo", como se le decía. En la parte norte había plantado dos grandes tamarindos, que conocimos como el amarradero de bestias de don Basilio Mozo y don Daniel Arias Moreno. Pues ese terreno amurallado y cuadrado sirvió de cementerio a los primeros habitantes de El Banco. En el año 1942 y 1943 se trasladaron los restos humanos allí enterrados hacia el templo de la Candelaria, por eso vemos en las paredes del templo algunas lápidas de mármol con los nombres de algunas personas que indican que allá se encuentran los restos de quienes fueron habitantes de este puerto y al morir fueron sepultados en el "Cementerio viejo".
Cuando las guerras de fines de siglo pasado aportaron muchos, cuerpos a aquel cementerio, el terreno se agotó y por fuerza las autoridades tuvieron que recurrir a la buena voluntad de los Banqueños y fue cuando entonces Aristídes Sabas Beleño y Jorge Bechara donaron unos terrenos para convertirlos en el nuevo Campo Santo. El primer cadáver, dicen los que se recuerdan, fue enterrado allí en 1.910, por lo tanto a estas alturas de 2.000 tiene 90 años de estar prestando el servicio de cementerio. A pesar de todas las adiciones de terreno que se le han hecho, está literalmente colmado. Por eso creemos, que ya es tiempo de ir pensando en abrir otro Campo Santo.
En frente al cementerio católico se abrió otro cementerio alterno para enterrar allí a las personas que por sus convicciones políticas o religiosas no quisieran dormir el sueño eterno, al lado de los que yacían en el cementerio católico. Esa es la causa por la cual se abrió en la década del 30 aquel otro cementerio llamado de los masones y en la década del 60 se abrió al lado del de los masones, el cementerio evangélico. Para todos estos muertos con distinciones políticas y religiosas deseamos una verdadera paz a sus almas.
REMODELACION DEL TEMPLO
Cuando los misioneros Javerianos de Yarumal se hicieron cargo de la atención de la parroquia por un convenio que hizo Monseñor Joaquín García Benítez a la sazón obispo de la Diócesis de Santa Marta y el fundador de la comunidad de Misioneros Javerianos de Yarumal Monseñor Miguel Ángel Builes, titular de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. El convenio se hizo porque la Diócesis de Santa Marta no tenía suficientes sacerdotes para cubrir todas las parroquias. Los Javerianos emprendieron su labor pastoral con todo el ímpetu de siete u ocho sacerdotes jóvenes que tenían deseos de trabajar y que el fruto del trabajo se viera. La primera obra que hicieron en El Banco fue la de fundar el colegio Instituto San Javier. Aquí había estado el colegio Liceo Colombiano de Comercio, pero por razones ignoradas en el año de 1939 no abrió inscripciones para el año siguiente. Entonces la fundación de los Javerianos fue de grata para los banqueños, pues ya tenían donde sus hijos estudiaran. La segunda obra fue la de remodelar el templo de parroquial. El templo tenía la nave central techada con teja de cañón y presentaba una estructura triangular, las naves laterales estaban techadas con tejas de zinc. Entonces a los remodeladores se les dio por embellecer el templo, el techo de la nave central lo proyectaron con una forma de semi - círculo, las naves laterales con techo de concreto también lo mismo que la central con una semi - cúpula sobre el altar mayor. Para la realización de la obra escogieron al maestro de obras don Alejandro Ospino. Apoyó lo proyectado en 8 columnas simétricamente dispuestas que marcaban el descanso del gran techo abovedado y con el inmenso peso del concreto. A las naves laterales también las cubrió con sendas tortas de concreto. A la torre también le aumentaron un cuerpo. Al reloj público lo subieron un cuerpo mas arriba, desde donde exponía indolentemente y sin interrupciones el paso de las horas.
Pero para todo este trabajo se necesitaría mucha arena y a los misioneros se les ocurrió la idea que ese debería ser un trabajo de todos y así como fue que invitaron a toda la feligresía para que llevaran una vasija con la cual pudieran cargar llena de arena. Todas las noches salía una procesión de feligreses rezando el rosario y entonando cánticos llegaban hasta la playa que salía enfrente al mercado público y allí llenaban las vasijas con arena y se regresaban de nuevo hasta el templo en donde en medio de ejemplar orden vaciaban las vasijas con arena en lugares previamente destinados para recibirla. En una semana de procesiones había recopilada una cantidad de arena considerable suficiente para los trabajos que necesitaba la remodelación del templo.
En esa forma el templo cambió su apariencia, dejó de ser el templo de tapia pisada construido por el padre Las Casas en 1895 y se convirtió en una edificación más robusta para enfrentarse a la lucha con los años y el deterioro progresivo.
El día 17 de enero de 2006 el papa Benedicto XVI erige la Diócesis de El Banco y el templo pasó a ser la sede episcopal cambiando su denominación a Catedral de El Banco.

TOMADO DE EL BANCO AYER HOY Y SIEMPRE DE (Miguel Caamaño Blanquicet,Guillermo A Barreto Vásquez)

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